jueves, 26 de abril de 2012

¿Qué significa “La Muerte de Dios”?


Raúl Gordon

010 / 2011)

La vieja ilusión: el mundo es un reflejo de dios.
La nueva ilusión: el mundo es un reflejo del hombre.
El nacimiento de una exige la muerte de la otra.
Nada es gratis en esta vida, nada.
Apuesta, costo, esfuerzo, inversión y riesgo.
Nuevas responsabilidades se avecinan.
Veremos cuánto aguanta la espalda del mortal.
Ahora soporta el peso que soportaba su dios.
¿Han oído hablar de la doble responsabilidad?
Bueno, algo así

¿Qué significa “La Muerte de Dios”? El hombre no está más ante dios, no: ahora está ante "sí mismo". ¿Y acaso no es justamente eso el espíritu santo, digo, el hombre en y para el hombre? Saquen sus propias conclusiones.

Ha muerto dios cuando se lo piensa en y para el hombre. El dios cristiano es un dios muerto, sí, es cierto, pero nada -ni nadie- ajeno a él mismo cometió el crimen: fue suicidio.

Hombre --- Hombre = La auto-relación que impide una auténtica experiencia de dios (a menos que pensemos en un dios puramente individual, íntimo y racional).

Hubo un dios cuyo destino era acabar no sólo con dios, sino incluso con la noción misma de divinidad. Todos conocen su nombre. ¿Le llaman el “Dios-Humano”? La máxima humanización coincide con el retiro de lo sagrado.

El temblor, o sea, la des-fundamentación, es el evento crítico por excelencia. Se produce un quiebre en una estructura que había alcanzado plena cohesión consigo misma. Caen las cosas que estaban arriba y emergen tenuemente las que estaban enterradas (descreimiento, morbosidad criminalística, libertinaje sin vergüenza de sí, narcóticos, música negra, locura, misticismo, reminiscencias paganas, etc.). Como se dice comúnmente: “Todo se pone patitas pa´arriba”. Se esconde cualquier posibilidad de moral, religión o trascendencia alguna. Se habla de la “puta existencia” o del “vil barro”. ¿Por qué? Destrucción del cimiento que condicionaba la estabilidad del edificio entero. Se desangra el corazón del sistema y los hombres repentinamente se ven enfrentados a la catástrofe. ¿Qué hacer? ¿Es posible “hacer algo” siquiera? ¿Acaso no es la época de los grandes “contra-movimientos”? Peligroso acercamiento entre la genialidad y la locura. 
Se retoman conversaciones que parecían “borradas del mapa”. No hay nada claro en el horizonte. No brilla ningún patrón, juez o gran señor. La supervivencia nos acostumbra a vivir sin arriba. Empezamos nuevamente a penetrar en el acá. Incluso nos creemos con cierto derecho al manoseo. Sentimos que el re-descubrimiento justifica todos los excesos. Se han vuelto a ver las caras dos seres que parecían separados para siempre. La responsabilidad es total o nula, fiesta o entierro, ser o nada. El asesino emprende la analítica de sí mismo. La caminata es extraña cuando no sabemos a dónde nos lleva. Durante mucho tiempo conocimos el puerto en cuestión. Ahora nos quedamos “huachos” en el centro del mismo combate de siempre. Habrá que sacar una nueva fuerza. Veremos.

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